martes, mayo 27, 2008

Zurich y el Norte de Italia 2008

NUESTRO PASEO POR EL NORTE DE ITALIA
Mayo y Junio del 2008

Desde Venecia les escribo, hoy 3 de junio, en la mitad de nuestro paseo por Italia. Esta mañana se fue Susana Londoño y el Chiris, de regreso a Madrid, después de una visita de unos pocos días. La pasamos muy sabroso con ellos.

La víspera del viaje, 21 de mayo, fue un día con muchas emociones – en ese día me gradué (yo, Rafael) de Teachers College, Columbia University. Hubo dos ceremonias, una por la mañana en Columbia University y otra por la tarde para los que nos graduábamos con doctorado de Teachers College. La ceremonia de por la mañana fue en el espacio grande de la universidad al frente del la biblioteca principal que estaba lleno de una multitud: los que nos graduábamos de todos los colleges de la universidad y los invitados. Cuando entrábamos en una procesión los que nos graduábamos – con capas y birretes de diferentes colores según el grado –había una gran algarabía y música. Luego llegó la procesión con el presidente de la universidad y profesores igualmente disfrazados. Yo me imaginaba que estaba en una plaza medieval o romana siendo parte de una ceremonia pagana para lo cual ayudaba mucho la estatua del Alma Mater que servía de fondo para todo esto. Después de todo esto fuimos a la casa a tomarnos una copa de champaña y comer algunas cositas que Himelda tenía tenido preparadas. Estaba Leopoldo, que había llegado a Nueva York unos días antes y unos amigos.

Al día siguiente volamos a Zurich. En el aeropuerto de Zurich cuando vieron mi pasaporte gringo y la residencia de Himelda nos hicieron seguir sin chequear nada mas. La ciudad está dividida por el Río Limmat. A un lado del río está la parte burguesa, bancos y almacenes lujosos, y al otro lado la parte bohemia en donde normalmente comíamos. A Zurich llegó Alejandro Jaramillo quien se ve muy bien y con quien la pasamos muy sabroso. Alejandro se ve con mucho futuro.














Después de dos noches en Zurich seguimos en tren hacia Italia. La inmigración italiana nunca miró la visa de Himelda. En Desenzano, en el Lago de Garda, pasamos otras dos noches antes de seguir, en tren, a Venecia.

Venecia es definitivamente fabulosa, única en el mundo. La estación del tren es afortunadamente cerca de la casa en donde nos estamos quedando (en intercambio con nuestro apartamento en Nueva York), una casa muy bien situada porque se puede ir caminando a los sitios mas interesantes, como la Plaza de San Marcos, aunque uno resulta caminando mas de los normal porque la ciudad es todo un laberinto y para pasar de una isla a otra solamente se puede por lo puentes y por eso uno tiene que dar muchas vueltas. La casa en donde vivimos es en una parte mas residencial de la ciudad, pero de todas maneras los turistas aparecen por todas partes. Parte de la casa en donde vivimos queda encima de la calle, o sea que las calles a veces parecen túneles (vean en la foto de la casa, las dos ventanas cerradas a la izquierda de Himelda asomada). Venecia es fabulosa en mas de una manera, para comenzar la ciudad está igualitica a como yo la conocí hace cuarenta años y seguramente muy parecida a como era hacer 400 años. Lo mas llamativo es salir a la calle y no ver un solo carro, mucha gente caminando, tomando parados al frente de los bares, los niños jugando sin preocupaciones (según una amiga veneciana que conocimos nunca se ha caido un niño en los canales aunque seguramente mas de un turista borracho sí se ha caido), en definitva un ambiente muy agradable. Todas la iglesias parecen catedrales, algunas con obras maestras de la pintura renacentista. Muchos conciertos, a veces gratis, en las iglesias. Todo el transporte (incluyendo la recolección de la basura) en barcos o lanchas. Los buses municipales son barquitos que los llaman vaporetos.

A Venecia llegó Susana y ese mismo día fuimos a la ópera, a ver Tosca, en el Teatro de la Fenice que es una hermosura - renovado después de que se quemó hace uno pocos años. La Fenice es tal vez un poco mas grande que el Colón en Bogotá, pero no mucho mas. Verdaderamente es agradable ver ópera en un teatro pequeño. Tambien oimos opera en otro salón mas pequeño pero esta vez diversas arias de las mas famosas.

Al día siguiente llegó el Chiris después de mucha expectativa porque le retrasaron su vuelo varias veces. Con ellos salíamos a caminar y cuando nos cansábamos de caminar tomábamos un vaporeto que son muy costosos – en general Venecia es muy costoso. Una noche, cuando regresábamos a la casa por la noche, nos encontramos con un grupo de venecianos bailando tango bastante bien (ver foto).













Grado Rafa Mayo 2008 -